No podemos negar que los alimentos azucarados son deliciosos y nos hacen sentir bien. Ese es el problema, la sensación de bienestar provoca adicción y es porque la glucosa es el combustible de las células del cerebro. Las neuronas no almacenan nutrientes y necesitan glucosa para generar energía.
Dese niños tenemos preferencia por la comida dulce, los pediatras no recomiendan alimentos dulces para los bebés para que no se adapten a esa preferencia desde muy pequeños.
Estudios revelan que el azúcar es 8 veces más adictivo que la cocaína.
Los alimentos azucarados estimulan al cuerpo para generar un neurotransmisor que nos hace sentir felices, se llama serotonina. Esta hormona es la que provoca que sigamos con esta tendencia de consumo y sin moderación. Ciertos azúcares no causan saciedad en el cuerpo, por ejemplo, la fructosa. Mientras que la glucosa si "notifica" al cerebro que estamos saciados.
Por lo platicado anteriormente, muchos productores de alimentos agregan edulcorantes artificiales a los alimentos para lograr dependencia a ellos. La salsa de tomate, aderezos bajos en grasa y muchos más, tienen altos niveles. El servicio de salud del Reino Unido, no recomienda que consumamos más del 10% de la energía diaria del azúcar.
Cuida tu consumo de azúcar, puedes sustituir en algunas ocasiones por stevia líquida.
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