Estamos ante una emergencia sanitaria que inició en el año 2020 y que ha puesto al mundo de cabeza. Un virus que se contagia por vías respiratorias y que tiene efectos impredecibles de persona a persona.
En este contexto es más importante que nunca mantenernos sanos para que nuestro sistema inmunológico, aunado a las medidas sanitarias y la vacunación, nos proteja de las secuelas a largo plazo de la COVID-19.
COVID-19 es un virus que se adhiere a la proteína receptora ACE2, esta está presente desde el cerebro, hasta los intestinos, lo que explica los efectos en todo el cuerpo que van desde síntomas respiratorios, hasta problemas digestivos.
El COVID-19 provoca un efecto inflamatorio severo en todo el cuerpo, por lo que si se tienen otras condiciones inflamatorias como la diabetes, el pronóstico es mucho peor.
El ajo es un poderoso antibiótico, antiviral y antifúngico. Además, la sustancia que produce su desagradable olor cauteriza la mucosa de la garganta cuando está irritada por lo que las molestias disminuyen considerablemente. Es recomendable consumir ajo como refuerzo del sistema inmune.
De igual forma, la cúrcuma es un poderoso desinflamatorio y antioxidante, por lo que permite que el organismo esté en la mejor forma para afrontar al virus en caso de que se dé un contagio.
Acompañe estos alimentos con una dieta sana y variada, rica en frutas, vegetales, cereales integrales y proteínas, así como con 30 minutos de ejercicio al día y una rutina de sueño saludable.
Si está contagiado con COVID-19 le pedimos buscar atención médica.
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