Las alergias y los resfriados son dos padecimientos comunes en los niños que, por
su sintomatología, suelen confundirse entre sí. Sin embargo, es importante saber
que cada uno de ellos es causado por diferentes factores y que, igualmente,
requieren ser tratados de diferentes formas.
Las alergias no son otra cosa que una reacción exagerada del sistema inmunológico
del cuerpo a una sustancia externa, por ejemplo, el polen, el moho o el pelo de los
animales. Los síntomas de las alergias incluyen estornudos, congestión nasal, ojos
llorosos y picazón. Una característica importante de las alergias es que, a diferencia
de los virus respiratorios, no son contagiosas.
Por su parte, los resfriados son causados por distintos virus. Sus síntomas incluyen
congestión nasal, tos, dolor de garganta y fiebre. A diferencia de las alergias, los
resfriados son contagiosos y se propagan a través del contacto con las gotículas
respiratorias de una persona infectada, por ejemplo, las pequeñas gotitas de saliva
que se expulsan al hablar, al toser o al estornudar.
Aunque las alergias dependen más bien de predisposiciones relacionadas con la
genética de cada persona, y los resfriados pueden presentarse en cualquier
momento debido a que los virus pueden estar presentes en el ambiente sin que lo
sepamos, existen algunas medidas preventivas que podemos implementar para
disminuir las probabilidades de sufrirlos.
Es importante hacer todo lo posible por alejar de tus hijos tanto a las alergias como
a los resfriados, primero, porque de esa manera les evitas tener que enfrentar los
síntomas desagradables e incómodos que vienen con ellas, como la congestión
nasal, la fiebre, el dolor de cuerpo y la picazón en los ojos y, en algunos casos,
complicaciones graves como la bronquitis o la neumonía.
Además, prevenir alergias y resfriados evita la necesidad de tomar medicamentos
que pueden tener efectos secundarios no deseados.También reduce la posibilidad
de que tus hijos falten a la escuela y tú te ausentes del trabajo para cuidarlos.
¡Mantenlos sanos y felices! Lógralo llevando a cabo buenas prácticas como:
● Lávense las manos con frecuencia: Una de las formas más eficaces de
prevenir la propagación de los resfriados es asegurándose de que los niños
se laven las manos con frecuencia con agua y jabón. Recuerda que el
ejemplo es la mejor manera de enseñar, por lo que la forma adecuada de
fomentar este hábito es empezar por hacerlo tú mismo.
● Limpia la casa regularmente: Limpiar la casa regularmente, especialmente las
áreas donde se acumula polvo y ácaros, puede ayudar a reducir los síntomas
de las alergias y de los resfriados.
● Manténganse alejados de los alérgenos conocidos: Si sabes que tu hijo es
alérgico a ciertas sustancias, evítalas al máximo posible. Por ejemplo, si es
alérgico al polen, trate de mantener las ventanas y puertas cerradas,
particularmente durante la primavera.
● Manténganse al día con sus vacunas: Mantener el esquema de vacunación
de tu hijo completo en tiempo y forma es una excelente manera de
fortalecerlo frente a las enfermedades respiratorias.
● Mantengan buenas prácticas de salud: Fomente una buena salud en general
a través de una dieta saludable, de la práctica regular de ejercicio regular y
de buenos hábitos de sueño. Recuerda que las costumbres que se aprenden
durante la infancia suelen acompañarnos a lo largo de nuestra vida, por lo
cual, es muy importante que en esta etapa enseñes a tus hijos cómo cuidarse
a sí mismos.
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