Debido a que en la etapa preescolar el sistema inmunológico de los niños continúa
en desarrollo, junto a su comportamiento natural de explorar el mundo y tocar todos
los objetos y personas posibles, los pequeños son más propensos a enfermarse
mientras van al kinder.
Mientras juegan, los menores difícilmente mantienen una buena higiene, y lejos de
mantener una sana distancia o de lavarse las manos con regularidad, en las
guarderías y kinders los niños mantienen contacto cercano con otros niños y
adultos, incluso comparten objetos personales como juguetes, cepillos, platos o
vasos, haciendo más fácil el contagio de los padecimientos.
Por eso, los virus respiratorios como el resfriado y la influenza son muy comunes en
esta etapa, junto con enfermedades, como la varicela y la rubéola que también se
pueden propagar fácilmente en estos entornos, gracias al contacto cercano con
otros niños que ya están infectados.
Los virus y las bacterias se dispersan fácilmente a través de la tos, el estornudo, el
juego compartido o el contacto cercano con las manos. Por ejemplo, un niño con un
resfriado común puede toser o estornudar en un juguete, y otro niño que juega con
ese juguete puede llevárselo a la boca e infectarse con el mismo virus.
Para evitar la propagación de enfermedades en el kinder, es importante que tanto
padres de familia como educadores y docentes trabajen en equipo y pongan en
marcha las siguientes medidas de prevención:
● Fomentar una buena higiene personal: Enseñen a los niños a lavarse las
manos con frecuencia con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
● Pidan a los menores que no compartan objetos personales: Muéstrales que,
principalmente los platos, vasos y otros utensilios de comida, así como los
cuadernos y juguetes deben ser de uso individual.
● Limpien y desinfecten regularmente las superficies y objetos del kinder:
Asegúrense de limpiar y desinfectar regularmente las superficies y objetos
que se usan con frecuencia, como mesas, sillas, juguetes y comedores, tanto
en casa como en el jardín de niños.
● Establezcan protocolos de salud y de prevención: Pónganse de acuerdo
sobre cómo actuar ante el brote de enfermedades contagiosas, incluyendo la
tos y estornudos y, en caso de ser necesario, asegúrense de que el personal
a cargo del cuidado de los menores reciban la capacitación necesaria para
garantizar su integridad. También, planeen acciones educativas que enseñen
a los niños cómo actuar cuando no están enfermos, para evitar estarlo.
● Monitoreen el estado de salud de los niños: Monitorear a los niños para
detectar síntomas de enfermedades contagiosas a tiempo es útil para separar
del grupo a quienes están contagiados, y asegurarse de que reciban la
atención médica y los cuidados que necesitan hasta que se recuperen y
puedan reintegrarse al grupo.
Finalmente, es muy importante seguir las recomendaciones de las autoridades
sanitarias locales y nacionales sobre el manejo de brotes, epidemias o pandemias
como la recién suscitada en torno al COVID-19, o de cualquier otra enfermedad
contagiosa.
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