Factores tan simples como la falta de sueño, cambios hormonales o un resfriado común; o tan complejos como condiciones de salud delicadas, pueden causar la sensación de falta de energía, comúnmente conocida como fatiga.
Si bien, es normal sentirse cansado de vez en cuando, principalmente después de la jornada laboral, de practicar ejercicio o de realizar un viaje, cuando este cansancio se convierte en un estado crónico puede dañar la calidad de vida de quien lo padece, impidiéndole disfrutar de sus actividades.
Como dijimos antes, en la mayoría de los casos la fatiga se puede solucionar realizando modificaciones en el estilo de vida y en la dieta, corrigiendo una deficiencia de nutrientes o detectando y tratando adecuadamente padecimientos como la diabetes, por mencionar un ejemplo. En cualquier caso, es importante contar con la supervisión de un profesional de la salud para averiguar a fondo qué está agotando la energía. Algunas de las posibles razones son:
- No dormir bien: Un sueño de calidad es esencial para la salud en general. Desafortunadamente, el ritmo de vida actual hace que muchas personas no descansen como debe ser durante la noche, lo cual puede provocar fatiga. Durante el sueño, el cuerpo trabaja realizando una serie de procesos críticos, incluida la liberación de hormonas de crecimiento importantes y la reparación y regeneración de las células. Aunque el tiempo adecuado de sueño debe determinarse de manera individual, expertos recomiendan que los adultos duerman al menos 7 horas por noche para una salud óptima.
- Deficiencias de nutrientes: Incluso si duermes 7 horas o más durante la noche, la deficiencia de nutrientes como las vitaminas B2, B3, B5, B6, B9, B12, vitamina D, vitamina C, hierro y magnesio puede hacer que te sientas exhausto de manera permanente. La anemia es una de las principales consecuencias del déficit nutricional, que afecta al 25% de la población mundial. La fatiga es uno de los síntomas más comunes de esta afección, pero generalmente mejora cuando se restauran las reservas de hierro.
- Estrés: Prácticamente inevitable, sentir estrés puede llegar a considerarse como normal cuando te enfrentas a situaciones complicadas o imprevistas; pero cuando se convierte en una situación crónica, el estrés puede influir para padecer fatiga, incluso pudiendo provocar un trastorno de agotamiento relacionado con el estrés, una afección médica caracterizada por síntomas psicológicos y físicos de agotamiento. También puede causar cambios estructurales y funcionales en el cerebro, entre ellos la inflamación crónica, lo que puede contribuir a manifestar los síntomas de la fatiga.
- Algunas condiciones médicas: Lo dijimos antes y reiteramos: En caso de experimentar fatiga crónica e inexplicable, lo mejor siempre será visitar al médico para analizar a detalle los síntomas. Esta es la única manera segura de descartar afecciones de salud que causan fatiga, como la apnea del sueño, hipotiroidismo, cáncer, síndrome de fatiga crónica, esclerosis múltiple, trastornos de ansiedad, enfermedad renal, depresión, diabetes y fibromialgia. Ante todo, es importante saber que no es normal sentirse agotado todo el tiempo.