En un mundo lleno de opciones, la elección de los alimentos adecuados puede ser abrumadora. ¿Cómo saber, con completa seguridad, qué es lo mejor para nosotros? Las recomendaciones nutricionales y sostenibles nos ayudan a elegir alimentos frescos y de temporada, pero en la realidad de nuestro día a día, lo más probable es que llevemos a nuestra mesa productos procesados o previamente preparados, para ahorrar tiempo y esfuerzo.
Aprender a leer etiquetas es una herramienta esencial para tomar decisiones conscientes y optar por productos sin azúcar que realmente aporten beneficios a nuestro organismo.
¿Para qué sirve el etiquetado?
La función primordial de la etiqueta de los productos es proporcionar información clara y concisa sobre el alimento que estamos a punto de consumir. Esta información incluye detalles sobre sus características, conservación y propiedades nutricionales. En otras palabras, el etiquetado busca ayudarte a proteger tu salud, al mismo tiempo que garantiza tu derecho a estar informado.
¿Qué información detalla la etiqueta?
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Nombre del producto: Identifica claramente el artículo que estás comprando.
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Lista de ingredientes: Enumera todos los componentes, incluyendo aditivos y posibles alérgenos, en orden descendente; es decir, primero se mencionan los ingredientes con mayor dosis, y al final, los de presencia inferior.
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Valor energético: Indica la cantidad de energía que aporta el producto, generalmente por cada 100 gramos o mililitros.
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Cantidad de grasas y grasas saturadas
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Hidratos de carbono y azúcares
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Proteínas
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Sal
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Etiquetado de alérgenos: Informa sobre la posible presencia de sustancias que puedan causar alergias o intolerancias.
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Lote de fabricación y datos del fabricante
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Declaraciones nutricionales: Menciona cualquier propiedad nutricional beneficiosa del alimento, respaldada por evidencia científica.
¿Cómo leer una etiqueta nutricional?
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Calorías del producto: Las calorías representan la energía que aportan los nutrientes del producto. Sin embargo, no deberías centrarte únicamente en este valor, ya que no proporciona toda la información necesaria.
Nutrientes e ingredientes:
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Grasas: Preferiblemente de origen vegetal, como el aceite de oliva virgen.
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Hidratos de carbono y azúcares: Limita el consumo de azúcares añadidos y busca alimentos ricos en fibra.
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Sal: Controla tu ingesta de sal para mantener una dieta equilibrada.
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Aditivos: Identificados con la letra E seguida de números, estos pueden tener varias denominaciones y se encuentran en el listado de ingredientes.
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Cantidad neta de producto: Indica la cantidad de alimento excluyendo el envase.
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Fecha de caducidad y fecha de consumo preferente: Asegúrate de entender la diferencia entre ambas para mantener la seguridad y la calidad de los alimentos.